Entrenamiento en Grupo | Beneficios y Cómo Empezar

Anticipación

Nunca olvidaré mi primer día de clases grupales en el gimnasio del barrio. Llegué con una mezcla de ilusión y nervios, dudando si sería capaz de seguir el ritmo. Había elegido una clase de 'Ritmos Latinos' porque me encanta la música y necesitaba algo que no pareciera ejercicio. Mientras me ataba las zapatillas, sentía cierta inquietud. ¿Y si hacía el ridículo? ¿Y si no aguantaba ni diez minutos? Pero algo en mi interior me decía que esta vez sería diferente, que quizás encontraría en el grupo la motivación que me faltaba.

Inmersión

Al cruzar la puerta del estudio, una ola de ritmo de salsa mezclado con reggaetón me envolvió. El aire olía a limpieza reciente con un toque de aroma a eucalipto. La instructora me dio la bienvenida con una cálida sonrisa y un gesto amable, indicándome un lugar donde podría seguir la clase cómodamente. Los primeros compases de una canción animada sonaron y, aunque mis pies parecían de plomo, el ambiente era tan contagiante que empecé a moverme. A mi lado, una señora mayor con una camiseta que decía 'La edad es solo un número' bailaba con una energía envidiable. Me animó a soltar el cuerpo, y sin darme cuenta, ya estaba riendo y siguiendo los pasos. El sudor corría por mi espalda, pero la energía del grupo me mantenía en movimiento. En un momento de la clase, durante una canción popular, todos coreamos el estribillo a todo pulmón mientras hacíamos sentadillas. Fue entonces cuando lo sentí: esa conexión especial que solo se da cuando un grupo de extraños se convierte en tu equipo.

Reflexión

Cuando terminó la clase, agotada pero feliz, me sorprendí abrazando a mi vecina de baile. '¿Vendrás el jueves?', me preguntó. Asentí sin dudarlo. En el camino a casa, con las piernas como gelatina pero el corazón ligero, me di cuenta de que había encontrado algo más que una clase de ejercicio. Había descubierto una comunidad. Ahora, meses después, mis clases de entrenamiento son sagradas. No solo he perdido peso y ganado resistencia, sino que he hecho amigas con las que a veces salimos a tomar un café después de entrenar. Aprendí que el ejercicio en grupo no se trata solo de sudar, sino de compartir risas, superar desafíos juntos y celebrar cada pequeño logro. La última vez hasta organicimos una salida grupal a bailar salsa, y aunque aún no soy ninguna experta, ya no me da miedo soltarme en la pista. Después de todo, como suele decir la instructora, no se trata de hacerlo perfecto, sino de disfrutar el viaje juntas.

1. Explora las opciones de tu zona: desde gimnasios hasta parques públicos que ofrecen clases al aire libre
2. Elige una modalidad que te motive: baile, funcional, ciclismo indoor, etc. Muchos centros ofrecen clases de prueba gratuitas
3. Comienza con intensidad moderada: varias sesiones semanales de duración moderada son ideales para empezar
4. Llega 10 minutos antes para conocer al instructor, hidratarte y preparar tu espacio
5. No te compares: cada persona tiene su ritmo. Concéntrate en tu progreso personal
6. Haz equipo: preséntate a tus compañeros, crearás vínculos que te motivarán a seguir
7. Celebra cada logro: desde completar tu primera clase hasta notar mayor resistencia

• Ropa deportiva cómoda y transpirable
• Toalla pequeña para el sudor
• Botella de agua reutilizable
• Zapatillas deportivas con buena amortiguación
• Actitud positiva y ganas de divertirse
• Certificado médico de aptitud física si es necesario
• Mallas o pantalón corto cómodo

Es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicio. Las clases están diseñadas para diferentes niveles, pero es importante escuchar a tu cuerpo y comunicar cualquier lesión previa al instructor. Se recomienda usar calzado deportivo adecuado y mantenerse hidratado durante la sesión. Las instalaciones cuentan con espacios adaptados para personas con movilidad reducida.